El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha descubierto una nueva forma de promocionar los alimentos españoles, las rutas agroalimentarias, que pasan por diversas localidades, localidades con un olor especial, olor a un alimento característico de la zona. Este es el caso de Montilla, que nada más que con pensar en la comarca de uno de los mejores vinos de Andalucía y de España, llega a la mente el olor del zumo Joven, Fino, Amontillado, Oloroso y Pedro Ximénez, las cinco joyas de la corona cordobesa.
La Ruta del Vino Montilla-Moriles es una de
las rutas certificadas por la Asociación Española de ciudades del Vino (Acevin)
en sus Rutas del Vino de España. Esta ruta, que recorre el corazón de
Andalucía, pasa por los pueblos de Aguilar de la Frontera, Córdoba, Fernán
Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles y Puente Genil. El
principal objetivo de este trayecto es combinar turismo, vino, vivencias propias
y calidad, para que además de mostrar la gastronomía típica de la zona,
fomentar el desarrollo socio-económico de la comarca.
El
origen de este vino y de la uva proviene cuando un militar de los tercios de Flandes, Peter
Ximén, llevó a esta zona semillas de una vid que se cultivaba en la zona más
cálida de su país. Esta clase de uva se adaptó perfectamente a la provincia. Cuando
los habitantes de la zona se dieron cuenta de que esta variedad gran calidad,
la utilizaron para crear todos los caldos de la Denominación. Con el paso del
tiempo, a este tipo de uva se le denomina Pedro Xímenez, haciendo honor a la
persona que dejó los sarmientos de esta vid.
Las
variedades de la Denominación
Las
cinco variedades del Montilla-Moriles son Fino, Amontillado, Joven, Oloroso y
Pedro Xímenez, donde cabe destacar la gran gama de colores y olores que
permanecen, después de su cata en el recuerdo para siempre, por sus características
tan especiales, que pueden ir desde la sensación afrutada a la más noble madera.
Lugares
que visitar
Este
turismo enológico no se caracteriza solamente por visitar bodegas y beber vino.
Comprende un gran conglomerado de actividades profesionalizadas orientadas a la
innovación, la originalidad, la diversificación y el desarrollo del territorio.
Entre estas actividades que realiza el “enoturista” en esta zona cordobesa, destacan
las visitas a los pueblos y las bodegas, lo que implica visitas de museos y
exposiciones, visitas de monumentos, compra de vino, catas de vino y probar la gastronomía
local.
A
lo largo de todos estos municipios se han creado diferentes lugares para que se
pueda saborear cada momento con equipamientos turísticos de calidad, que hacen
de esta ruta una de las más características de España, entre estos lugares, se
pueden mencionar: el Auditorio con programación permanente de teatro y eventos
en torno al vino y Mirador interpretativo del paisaje cordobés en Aguilar de la
Frontera, el Centro de Información Permanente ubicado en Córdoba, el Museo de
la Campiña en Fernán Núñez, el Museo de la Cerámica en La Rambla y Olivino, el
Centro Enogastronómico de la Ruta del Vino Montilla-Moriles que, albergará un
centro temático de la gastronomía cordobesa, en Lucena.
Cruce
de rutas
El
territorio que ocupa la Ruta del Vino Montilla-Moriles ofrece también la
posibilidad de combinar el mundo del vino con otras rutas, como la Ruta del
Califato, la Ruta del Renacimiento o la Ruta de la Bética Romana.
Al
mismo tiempo, también se descubren la tradición artesanal cordobesa descubrir
su gran tradición artesanal, como la tonelería u otros aspectos característicos
de Córdoba como la cerámica de La Rambla, la joyería o el cuero.
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