Cristóbal Gallego. |
Nacido en el mar de plata de Andalucía, entre olivares y
hermosos ríos que bañan sus tierras, como el majestuoso Gualdalquivir,
Cristóbal Gallego lo lleva en la sangre.
Sol, varas, fardos, olivos, riegos, recolectas...ese es el
mundo de un jienense de los pies a la cabeza, que vive y lucha porque día a día
se reconozca el valor de la sangre de nuestra tierra, el aceite de oliva.
Desde pequeño, como han contado sus familiares y más
allegados, estuvo interesado en el mundo de la agricultura, de ahí que su gran afición, se convirtiera en su
trabajo. Tras estudiar Ingeniería Técnica Agrícola y realizar numerosos cursos
relacionados con el olivar como por ejemplo, Cultura y calidad en la
agricultura, Técnicas modernas de riego del olivar o Aplicación de productos
fitosanitarios, entre otros, Cristóbal Gallego consiguió su primer trabajo,
COPROSA, desempeñando servicios de Asesoramiento Técnico Agrícola.
Pero ahí no queda todo, este luchador nato consiguió un
puesto en el prestigioso sindicato llamado
ASAJA (Asociación Agraria de
Jóvenes Agricultores) como director de Servicios Técnicos y Coordinador de
Almazaras de Andalucía.
A pesar del ámbito rural al que pertenece, llama la atención
su atuendo trajeado con el que se pasea por todos los rincones de su castillo
olivarero, manteniendo el orden y la calidad de sus productos.
Como cuentan sus jornaleros y a pesar del alto cargo que
ocupa en ASAJA, Cristobal siempre tiene tiempo para estar codo con codo con
ellos, atendiendo a todas las necesidades que puedan surgir en el olivar.
Cercano. Amable. Sencillo. Éstas son algunas de las
cualidades que caracterizan a este joven empresario entregado, en cuerpo y
alma, al producto de su tierra.
Andaluces de Jaén, aceituneros
altivos, decid con el alma quien, quien
levanta los olivos. Andaluces de Jaén. Esta canción del famoso grupo
“Jarcha” es querida por todos los jiennenses pero especialmente por Cristobal,
que ha nacido y crecido con la letra de la canción escrita a fuego en su piel
ya que habla del trabajo duro de las cuadrillas en los olivos.
El legado olivarero va de generación en generación. Gallego
es la tercera que trabaja en el campo y como buen hombre de tradiciones, espera
que las que vengan lo sepan apreciar y sigan con la faena familiar. “ Es un
trabajo duro pero bonito y gratificante”, ha dicho el protagonista de estas
líneas.
Cristóbal no concibe una vida fuera de Jaén, sin tener a su
alrededor el olivar. Para él su sueño se ha cumplido y no pide otra cosa que
poder terminar rodeado de este producto estrella que tanto tiempo le ha
dedicado. Para los que lo conocen no es raro encontrarlo trabajando hasta altas
horas de la tarde, ya que, como ha dicho en más de una ocasión, el campo no es
su trabajo, es su vida.
Todos deberían tomar a este hombre como ejemplo para que así
la industria olivarera siga como hasta ahora.
Fuente:
Director de Servicios Técnicos y Coordinador de Almazaras de Andalucía, Cristóbal Gallego
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