lunes, 17 de diciembre de 2012

Cristóbal Gallego, el defensor del aceite de oliva

Cristóbal Gallego.

Nacido en el mar de plata de Andalucía, entre olivares y hermosos ríos que bañan sus tierras, como el majestuoso Gualdalquivir, Cristóbal Gallego lo lleva en la sangre.
Sol, varas, fardos, olivos, riegos, recolectas...ese es el mundo de un jienense de los pies a la cabeza, que vive y lucha porque día a día se reconozca el valor de la sangre de nuestra tierra, el aceite de oliva.
Desde pequeño, como han contado sus familiares y más allegados, estuvo interesado en el mundo de la agricultura, de ahí que  su gran afición, se convirtiera en su trabajo. Tras estudiar Ingeniería Técnica Agrícola y realizar numerosos cursos relacionados con el olivar como por ejemplo, Cultura y calidad en la agricultura, Técnicas modernas de riego del olivar o Aplicación de productos fitosanitarios, entre otros, Cristóbal Gallego consiguió su primer trabajo, COPROSA, desempeñando servicios de Asesoramiento Técnico Agrícola.
Pero ahí no queda todo, este luchador nato consiguió un puesto en el prestigioso sindicato llamado  ASAJA  (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) como director de Servicios Técnicos y Coordinador de Almazaras de Andalucía.
A pesar del ámbito rural al que pertenece, llama la atención su atuendo trajeado con el que se pasea por todos los rincones de su castillo olivarero, manteniendo el orden y la calidad de sus productos.
Como cuentan sus jornaleros y a pesar del alto cargo que ocupa en ASAJA, Cristobal siempre tiene tiempo para estar codo con codo con ellos, atendiendo a todas las necesidades que puedan surgir en el olivar.
Cercano. Amable. Sencillo. Éstas son algunas de las cualidades que caracterizan a este joven empresario entregado, en cuerpo y alma, al producto de su tierra.
Andaluces de Jaén,  aceituneros altivos,  decid con el alma quien, quien levanta los olivos. Andaluces de Jaén. Esta canción del famoso grupo “Jarcha” es querida por todos los jiennenses pero especialmente por Cristobal, que ha nacido y crecido con la letra de la canción escrita a fuego en su piel ya que habla del trabajo duro de las cuadrillas en los olivos.
El legado olivarero va de generación en generación. Gallego es la tercera que trabaja en el campo y como buen hombre de tradiciones, espera que las que vengan lo sepan apreciar y sigan con la faena familiar. “ Es un trabajo duro pero bonito y gratificante”, ha dicho el protagonista de estas líneas.
Cristóbal no concibe una vida fuera de Jaén, sin tener a su alrededor el olivar. Para él su sueño se ha cumplido y no pide otra cosa que poder terminar rodeado de este producto estrella que tanto tiempo le ha dedicado. Para los que lo conocen no es raro encontrarlo trabajando hasta altas horas de la tarde, ya que, como ha dicho en más de una ocasión, el campo no es su trabajo, es su vida.
Todos deberían tomar a este hombre como ejemplo para que así la industria olivarera siga como hasta ahora.

Fuente:
Director de Servicios Técnicos y Coordinador de Almazaras de Andalucía, Cristóbal Gallego

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